miércoles, 27 de diciembre de 2006

CREACIÓN DEL GOBIERNO MUNDIAL GENIÓCRATA EN EL ECUADOR.

CREACIÓN DEL GOBIERNO O MUNDIAL GENIÓCRATA EN EL ECUADOR.

Gobernar es prever. Los que gobiernan no han previsto nada: por tanto, son incapaces de gobernar.

Así pues, existen motivos para crear urgentemente un gobierno mundial compuesto por los que son capaces de prever: los genios.

Remontándonos en el tiempo, nos damos cuenta de que los reyes se servían de los genios de su tiempo para asentar su reino y su posteridad. Los grandes pintores, escultores, arquitectos, e incluso los músicos eran pagados para alabar al soberano de su época. Ellos eran artistas "de Estado". Por otra parte, algo parecido sucede ahora en los países del Este, entre otros. Podemos decir incluso que esto ocurre en todas partes, pero ahora ya no está reservado solamente a los artistas, sino que se extiende a aquellos que hacen posible que las naciones se dirijan a una supremacía no solamente cultural: los científicos.

Por ejemplo, para poder trabajar en la investigación básica, los científicos no tienen opción, estando obligados a ingresar en organismos del Estado o a resignarse a trabajar en tareas rutinarias en el seno de empresas puramente comerciales.

Evidentemente, en el seno de los organismos estatales de investigación, no son libres de hacer lo que desean, sino que deben trabajar según programas que les son impuestos y que están motivados casi exclusivamente por intereses político-militares, ante los cuales tienen que hacer rápidamente rentables sus trabajos.

De este modo llegamos a la siguiente situación paradójica: ¡los genios deben trabajar siguiendo las directivas de los mediocres!

Lo que desea la Geniocracia es hacer posible que los genios definan ellos mismos en qué sentido desean trabajar, y que se les sea posible conseguir los medios necesarios para hacerlo.

¿Qué es lo que marca una época? Los genios. Recordamos a Pierre y Marie Curie, y a Einstein, pero no a gobiernos estúpidos cuyas decisiones o medidas vejatorias o inútiles ellos debían sufrir. Y así vemos fácilmente quiénes de ellos -los genios o los gobernantes de su época- actuaron para mejorar la suerte de la Humanidad.

Los políticos hacen promesas para obtener ventajas para ellos mismos, mientras que los genios trabajan para mejorar la suerte de todos los hombres.

¿Quién merece gobernar?

Desear que el mundo sea gobernado por gente más inteligente que la media, ¿no es lo mínimo que se puede pedir?

No sé si yo soy más inteligente que la media, pero sí sé que desearía ser gobernado por gente de la cual tengo la certeza que es más inteligente que yo.

Actualmente, sabemos que aquellos que nos gobiernan crecieron en un medio más cómodo que el nuestro, que frecuentaron muy buenos colegios, y que tienen mucho dinero y están muy bien relacionados, pero ¡estos no son criterios apropiados para que nosotros les aceptemos como jefes!

La erudición o acumulación de conocimientos ya no sirve para nada en la época de la computadora de bolsillo y de la informática. El hombre nuevo no necesita saber mucho, sino ser capaz de sentir, analizar, sintetizar y decidir muy rápidamente, ya que las informaciones necesarias para comprender cualquier cosa le son proporcionadas a voluntad por las computadoras, que liberan al hombre de la carga de la memorización. En cierto modo, el hombre nuevo se va a reencontrar, gracias a la ciencia y sobre todo a la informática, con la pureza, casi la desnudez original, y ante la única necesidad de conocer los grandes principios para elegir su camino, siendo abastecido cuando lo necesite de los conocimientos almacenados en las actuales máquinas, presentes en todas partes para servirle.

¡Situar a la inteligencia en estado puro!

Ya que los gobernantes no ponen a los genios en el lugar que se merecen, ¡que lo tomen ellos mismos, y a escala mundial!

¿Cómo? Pues creando un Gobierno Mundial Geniócrata provisional en un país neutral(es posible crearlo en el Ecuador). Este gobierno estaría compuesto de científicos que se nieguen a ver cómo el resultado de sus investigaciones cae en manos de militares y políticos, y que posiblemente planteen la creación de un centro de investigación, financiado por seres humanos que deseen el establecimiento de la Geniocracia, financiada, si esto se decidiera a continuación por mutuo acuerdo, mediante la comercialización de productos y aparatos inofensivos, inventados por los científicos que allí trabajen.

Además, este Gobierno Mundial Geniócrata podría decidir no hacer públicos los resultados de sus reflexiones durante los primeros cinco años, sino hacerlo regularmente y de modo controlado por ujieres, a fin de demostrar al mundo los problemas que se habría evitado de haber gobernado realmente tal Gobierno, y a fin de evitar que el resultado de sus investigaciones sea aplicado por gobiernos "mediocráticos", que con ello alcanzarían una gloria absolutamente inmerecida. Por el contrario, el hecho de mostrar a la opinión pública de sus países que podrían haber actuado de otro modo les avergonzará de manera irremediable y hará que estos países sientan deseos de elegir partidarios de la Geniocracia en las siguientes elecciones.

Pues, de hecho, una de las actividades de este Gobierno Mundial Geniócrata del Ecuador, consistirá en favorecer, en todos los países del mundo, la creación de movimientos nacionales para la Geniocracia Mundial.

No se trata de imponer la Geniocracia. Se trata de hacer que se admita democráticamente la necesidad de abandonar la democracia salvaje por esta democracia selectiva que es la Geniocracia.

Es evidente que cuando sea elegido democráticamente por la población de un país un Movimiento Nacional por la Geniocracia Mundial, éste automáticamente pasará a ser gobernado por el Gobierno Mundial Geniócrata del Ecuador. Y a medida que los diferentes países elijan la vía de la Geniocracia, se verá cómo aumenta la importancia del Gobierno Mundial Geniócrata del Ecuador, hasta conseguir que al menos la mitad de los habitantes de la Tierra haya elegido la vía de la Geniocracia mundial. Entonces, los demás se verán obligados a plegarse a ella y los humanos del planeta estarán por fin unidos.

Todo aquel que haya contribuido a la consecución de esta unión tendrá derecho al reconocimiento eterno por la Humanidad.

A partir de este momento, le toca a usted.

Usted que lee o escucha estas líneas y que va a tener la oportunidad de ser pionero de la inteligencia y de la fraternidad.

Usted que va a decidirse por no seguir contentándose con ser sólo espectador de la historia de la Humanidad, sino que va a decidir ser actor en este gran escenario que se llama la Tierra, y donde incluso los espectadores -quieran o no-, son actores.

Aunque se contenten con ser espectadores, son al mismo tiempo actores, pero actores inconscientes del hecho de jugar un papel. Ahora hace falta que tomen conciencia.

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